Verás, mi vida.
No tienes que
explicarte.
Te entiendo.
Yo seguramente
también me iría.
Te entiendo.
Nadie querría
enamorarse de un puzzle al que le faltan piezas.
De un poema al que le
faltan versos.
De una sonrisa a la
que le faltan ganas.
Ni de una tormenta a
la que sobran motivos
para ser
desencadenada.
Mi vida,
nadie querría
enamorarse de una persona a medias.
De un corazón en
ruinas.
De un estómago en el
que,
en vez de mariposas,
bailan cristales
rotos.
Nadie, amor.
Absolutamente nadie.
Y por eso entiendo
que te vayas.
Mi vida,
nadie querría
enamorarse de una persona como yo.
Y tú lo has
intentado.
Y yo te he hecho
daño.
Mi vida, perdóname.
La peor parte de mi
es la que se ha quedado.
La mejor se la han
llevado y no han pedido rescate.
Ya no tengo forma de
recuperarme.
Mi amor, discúlpame.
Sé que existe una
mejor versión de este yo.
Sé que soy mejor que
este volcán en erupción,
que el huracán que me
sucede cuando me asusto,
que el terremoto en
el que me convierto cuando recuerdo.
Mi amor, sé que soy
mejor.
Pero no puedo
estarlo.
Y tampoco puedo
demostrártelo.
Me he perdido y no
voy a salir a buscarme.
Tampoco correré tras
de ti cuando, como ahora, decidas marcharte.
Mi amor, si es por
ti,
pero mi amor no era
para ti.
No busco que me
entiendas,
no busco que me
arregles,
y tampoco busco que
me busques.
Sólo busco que me
aceptes y no me juzgues.
Yo he dejado de
buscarme,
y ahora te pido que
dejes de hacerlo tú.
Mi vida,
soy lo que ha quedado
junto a lo que se ha
ido,
junto a lo que se han
llevado,
junto a todo lo que
he asesinado por el camino.
Pero jamás podrás
comprobarlo.
Soy todos mis
sacrificios y todas mis reencarnaciones.
Soy todas mis
víctimas y todas mis supervivientes.
Soy el amor y el odio
de mis antecesores.
Soy la impotencia y
la insatisfacción de quienes aún no hemos muerto.
Soy las dudas y los
miedos de aquellos que heredarán nuestra casa.
Soy porque he sido, y
soy porque seré, aunque no esté para serlo.
Soy en la medida de
lo que me han dejado ser, y seré si dejo que sea.
Soy un derrumbamiento
que acepta testigos;
una masacre que
permite ser televisada.
Soy un corazón-granada
que acabará por explotarme en la cara.
Y, mi amor, yo no
acepto ser tu cruz.
Así que vete.
Vete y no me
expliques nada.
Te entiendo.
Yo tampoco me
quedaría a ver cómo te matas.