Somos el insomnio de cada madrugada,
los desayunos en camas separadas,
los días sin ti
y las noches sintigo.
y las noches sintigo.
Somos las ganas que no se sacian,
las manos que no se alcanzan,
la ropa puesta que no nos arrancamos
con las manos de nuestras ganas.
Somos los ojos cerrados
por miedo a las miradas tristes
y a las sonrisas rotas.
Somos el resultado
de una autodestrucción masiva
sin supervivientes a la vista.
Somos un nosotras que alguien quiso que fuésemos,
pero que no fuimos, ni somos, ni seremos.
Somos lo que podríamos haber sido, de no ser,
en lo que nos hemos convertido.