Quizás creías que iba
a ser más fácil y por eso te rendiste.
Quizás intentaste que
no te importase el mundo, ni la gente, pero no supiste.
Quizás imaginaste que
sería perfecto y, al descubrir alguno de mis defectos, huiste.
Quizás tu intención
no fue la de darme esperanzas, pero me las diste.
Y aquí las tengo
negándose a rendirse.
Quizás tu intención
no era la de romperme, aunque lo hiciste.
Quizás pensabas que
yo era más fuerte, y te equivocaste.
Quizás sentías que te
mentía, que no te quería, que fingía.
-y eso es algo que jamás haría.-
-y eso es algo que jamás haría.-
Quizás tuviste miedo
y retrocediste.
Quizás lo intentaste
con todas tus fuerzas y flaquearon tus ganas.
Quizás enmudeció tu
corazón cuando trataste de buscarle la razón.
Pero quizás no.
Quizás no quisiste
quererme, ni me quisiste, ni te preocupaste por mí.
Quizás todo aquello te dio
igual y esto no te importó nada.
Quizás, quizás, casi
siempre quizás.
Porque de lo único que
estoy completamente segura es que mi intención no era la de enamorarme de ti,
pero la intención no
siempre es lo que cuenta y tú eres mi excepción que confirma la regla.