miércoles, 31 de diciembre de 2014

Ciclogénesis explosiva.


Verás, mi vida.
No tienes que explicarte.

Te entiendo.
Yo seguramente también me iría.

Te entiendo.

Nadie querría enamorarse de un puzzle al que le faltan piezas.
De un poema al que le faltan versos.
De una sonrisa a la que le faltan ganas.

Ni de una tormenta a la que sobran motivos
para ser desencadenada.

Mi vida,
nadie querría enamorarse de una persona a medias.

De un corazón en ruinas.

De un estómago en el que,
en vez de mariposas,
bailan cristales rotos.

Nadie, amor.
Absolutamente nadie.

Y por eso entiendo que te vayas.

Mi vida,
nadie querría enamorarse de una persona como yo.

Y tú lo has intentado.
Y yo te he hecho daño.

Mi vida, perdóname.
La peor parte de mi es la que se ha quedado.
La mejor se la han llevado y no han pedido rescate.
Ya no tengo forma de recuperarme.

Mi amor, discúlpame.
Sé que existe una mejor versión de este yo.
Sé que soy mejor que este volcán en erupción,
que el huracán que me sucede cuando me asusto,
que el terremoto en el que me convierto cuando recuerdo.

Mi amor, sé que soy mejor.
Pero no puedo estarlo.
Y tampoco puedo demostrártelo.

Me he perdido y no voy a salir a buscarme.
Tampoco correré tras de ti cuando, como ahora, decidas marcharte.

Mi amor, si es por ti,
pero mi amor no era para ti.

No busco que me entiendas,
no busco que me arregles,
y tampoco busco que me busques.

Sólo busco que me aceptes y no me juzgues.

Yo he dejado de buscarme,
y ahora te pido que dejes de hacerlo tú.

Mi vida,
soy lo que ha quedado
junto a lo que se ha ido,
junto a lo que se han llevado,
junto a todo lo que he asesinado por el camino.

Pero jamás podrás comprobarlo.

Soy todos mis sacrificios y todas mis reencarnaciones.
Soy todas mis víctimas y todas mis supervivientes.

Soy el amor y el odio de mis antecesores.
Soy la impotencia y la insatisfacción de quienes aún no hemos muerto.
Soy las dudas y los miedos de aquellos que heredarán nuestra casa.

Soy porque he sido, y soy porque seré, aunque no esté para serlo.
Soy en la medida de lo que me han dejado ser, y seré si dejo que sea.

Soy un derrumbamiento que acepta testigos;
una masacre que permite ser televisada.

Soy un corazón-granada que acabará por explotarme en la cara.
Y, mi amor, yo no acepto ser tu cruz.

Así que vete.
Vete y no me expliques nada.

Te entiendo.
Yo tampoco me quedaría a ver cómo te matas.


2 comentarios: