viernes, 26 de noviembre de 2010

¿Un dulce sueño o una bonita pesadilla?

Princesa, esta mañana me he vuelto a despertar sin ti. He soñado contigo, princesa, tú venías a verme, y yo te esperaba ansiosa, te veía descender las escaleras del autobús mientras le ordenaba a mi corazón que, por favor, volviese a latir para poder abrazarte y que sintieses cada uno de los latidos de mi corazón. Llevaba horas esperándote en esa parada de autobús, intentando imaginarme la reacción de mis nervios y de cada uno de los poros de mi piel al divisarte, al perderme en tus ojos sin tener una pantalla de por medio.. Y he de reconocer que ha sido sólo un sueño, pero te veías tan bonita, princesa, tan bonita. Al verte sentí que el cuerpo entero se me desvanecía, que cada uno de mis músculos permanecerían inertes y yo no podría correr hacia ti como realmente deseaba. Pero de repente, mi corazón me hizo caso y reaccionó, se puso a latir frenético y todos y cada uno de mis nervios cobraron vida. Me abalancé hacia ti, princesa, fue un impulso, como el de no soltarte, y empecé a sentir tu corazón, comencé a notar como mi latir se acompasaba al tuyo y cómo el resto del mundo dejaba de ejercer importancia. Miré tus ojos y contemplé su belleza, aunque tu rostro entero había ejercido un poder sobre mi que controlaba todo mi cuerpo. Princesa, necesito verte. En sueños me hablabas, pero no recuerdo con claridad lo que me decías. Pude sentir en mi piel el susurro de un "te quiero" alborotando todos los pensamientos que rondaban mi cabeza y los escalofríos que eso provoca.. Recuerdo los besos, con ternura, con cariño e incluso con pasión. Los besos en las mejillas, y en tus delicadas manos, recuerdo una caricia que dejé caer en tus mejillas y también recuerdo el beso de despedida y la despedida de mi sueño. Te echo de menos, princesa. Y no sé como cambiar esto, sólo se que necesito verte, necesito perderme, pero sin perderte..

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Dulce cumpleaños, princesa.

Tienes un corazón enorme, tu edad aumenta, y el tamaño de tu corazón también. Estoy orgullosa de ti, pequeña. Realmente estoy muy orgullosa de ti. Como dijo una vez Paulo Coelho "el amor es la única manera que tenemos de crear un puente hacia el mundo espiritual. Cuando amamos queremos ser mejor de lo que somos, y lo conseguimos." Y tú vas a conseguir ser la mejor, ya lo verás. Confío en ti, ahora sólo tienes que creer en ti. 


''Y no olvides nunca que..
el primer beso no se da con la boca,
.. sino con los ojos"


Un beso con los ojos.
Desde mi recuerdo.

viernes, 19 de noviembre de 2010

¿Suficiente?

Me había acostumbrado a su voz, a su manera de hablar e incluso a su acento; había palabras en mi vocabulario que ella misma había colocado allí inconscientemente. Y yo, también inconscientemente, las decía y me acordaba de ella. Veía sus fotografías y me colocaba la mano bajo el pecho con la intención de que este no se abriese y dejase paso al dolor, entonces me apretaba fuerte, me mordía el labio, cómo ella hacía, y me aguantaba las lágrimas con todas mis fuerzas. Al fin y al cabo son recuerdos, son cosas que no deben perderse, como el contacto. Pretendía que ella se quedase cerca, lo suficientemente cerca como para verla sonreír, como para saber cómo le había ido el día y para que me contase sus historias. Al principio no iba a ser fácil, pero no quería perderla, al menos no de la forma que me quedaba. Una vez ya había perdido una parte y no soportaría perderla del todo, ella se había vuelto tan importante... Extrañaría sus tonterías, su inquietante manía de fumar a todas horas, sus nervios... Echaría de menos ver su pequeña nariz y sus grandes ojos a través de la pantalla, escucharla discutir en casa o que hablásemos hasta altas horas de la madrugada. Pero insisto... al principio no sería fácil, pero allí estaría ella y eso sería suficiente...

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Te echo de menos, princesa..



Te echo de menos, y no sólo te echo de menos a tí, sino también a cada una de tus manías. Echo de menos tu ya preocupante manía de fumar constantemente, echo de menos tu manía de dejarte ver sólo si me veías y echo de menos a la compañera de mis horas, de mis segundos. Echo de menos a la dueña de mis sonrisas, pero echo aún más de menos cada una de las tuyas. Echo de menos que me veas conectada y me hables, echo tanto de menos ser importante para ti porque tú siempre vas a serlo para mi. Echo de menos tus enormes y preciosos ojos que se comen el mundo, y no sólo el mundo, también mi corazón. Echo de menos tu voz y tus tonterías, tus piques en casa, y el volumen de tu risa, su armonía. Echo de menos la facilidad con la que el tiempo se paraba cuando tu estabas, y cómo el resto del mundo callaba para que yo te escuchara, o igual no callaban, pero yo sólo te oía a ti. Echo de menos tus palabras bonitas aunque los recuerdos siguen martilleando mi cabeza, siguen atormentándome, siguen haciendo que piense en cómo te fuiste, una y otra vez. Echo de menos verte durante el transcurso de las horas y perderme entre las comisuras de tus labios, en la forma de tu pequeña y adorable nariz, en el contorno de tu rostro y en la naturalidad de tu pelo, pese a los kilómetros de distancia. Echo de menos tenerte ahí y que me alegrases los días, que te llevases mis tristezas y que hicieses que cada día fuese especial a través de una simple pantalla. Pero al otro lado estabas tú, y eso lo cambiaba todo. Echo de menos ponerme nerviosa con un simple hola, o discutir sobre las equivocaciones de tus besos, aunque sabía que eran para mi, aunque ahora ya no lo sean... Echo de menos decirte lo preciosa que eres y publicarlo en cada rincón, dónde todo el mundo pudiese verlo. Echo de menos decirte que te quiero, y no porque ahora ya no lo sienta, sino porque ahora lo siento más que nunca. Echo de menos ser tu niña, aunque tú sigas siendo la mia. Echo de menos mi vida cuando no está junto a la tuya, porque ya no recuerdo como era mi vida sin ti. Echo de menos a los latidos de mi corazón porque tú te los robaste.


Y no echo de menos recordarte, porque te recuerdo a todas horas.


martes, 16 de noviembre de 2010