De
pequeños nos preguntan que qué queremos ser de mayores y contestamos cosas como
cantante, bailarina, veterinaria... A medida que vamos creciendo continúa esa
misma pregunta y, a veces, mantenemos nuestras ideas, pero otras veces las
respuestas son totalmente opuestas a nuestras primeras opciones.
Con
respecto a mi sé que las cosas no han salido como lo esperaba, sin duda alguna
han sido tantos días, tantas horas… tantos momentos que me he parado a pensar
cuál sería la mejor opción. Es posible que me equivoque en mi elección, pero mi
decisión está tomada. Es probable que te decepcione, mamá, es muy probable,
pero no puedo evitar elegir esto.
No
puedo más, no lo soporto. Erré al elegir un camino que no era apto para mí, lo siento,
fue culpa mía y lo admito. Pero ahora me he dado cuenta de que esto no está
hecho a mi medida, no está hecho para mí. No me queda grande, ni pequeño,
sencillamente pienso que no nos sincronizamos, no nos ponemos de acuerdo y eso
me reconcome los sesos. No nos amoldamos, no me adapto y me cuesta no llorar
cuando pienso en ello, en cómo me siento y en cómo te estoy decepcionando,
mamá. Sé que lo estoy haciendo, sé que te estoy haciendo daño, te estoy
defraudando y esto no me gusta, pero yo sería un fraude si fingiese estar
agusto en un mundo que no es el mío. Hay demasiadas situaciones incómodas,
demasiadas obligaciones y demasiadas palabras que debes decir por cumplir, cómo
para ser una más. No quiero formar parte de algo que no me pertenece y a lo que
no pertenezco, algún día no tendrán que preguntarme lo que quiero porque
sencillamente lo sabré y no tendré que adivinarlo.
Cada
uno de nosotros es una pieza que debe encajar en su correspondiente puzzle, y
yo… yo he estado tan perdida que me he equivocado de lugar, pero de los errores
se aprende. A veces nos hace falta caer para saber cómo debemos levantarnos, a
veces nos hace falta escuchar una palabra de más para aprender a valorar un
silencio. Por eso espero que valores mis palabras y mi sinceridad. Espero que
valores mi valor al decirte esto, sobretodo porque te conozco y sé que la
primera palabra que saldrá de tu boca será un grito. Por favor, relájate,
párate a pensar, ponte en mi lugar y recapacita. No es el fin del mundo, sólo
te pido una oportunidad para volver a mi camino, una nueva oportunidad para
saber a que puzzle pertenece mi pieza, para encontrar mi lugar, para poder ser
feliz.