viernes, 2 de septiembre de 2016

A diferencia de ti.

Te aseguro que debajo de esta fachada de chica dura hay un corazón latiendo.

A diferencia de ti, 
yo siempre he terminado por reconocer lo que siento.
Y ahora siento que esto se haya terminado.

Si hace cinco años me hubiesen dicho 
que estaría escribiéndote esto ahora mismo,
no me lo hubiese creído.

Si hubiese puesto la mano en el fuego 
confiando en un final alternativo,
también a ella la hubiese perdido.

Mi cabeza y mi corazón aún intentan encontrar su sitio.

¿Por qué hiciste leña y prendiste fuego a un árbol que aún no se había caído?

Si bien es cierto que nos torcimos 
y que, en ocasiones, no supimos ir de la mano por el mismo camino,

también te diré que siempre busqué el musgo bajo tu ombligo,
porque sabía que allí residía mi norte; contigo.

A ti se te olvidó que para poder ser leñador, 
primero hay que saber ponerse en la piel del árbol.

(tú ahora presumes de corteza y yo no me avergüenzo de mis arañazos)

También se te olvidó que, para poder ser juez, 
primero hay que aprender a ser juzgado.

(por eso yo seguiré llorando sin miedo al rechazo y tú continuarás viviendo en un completo engaño)

¿Qué demonios haces con mis órganos vitales entre las manos?
¿y quién te ha dado el derecho de controlarlos?

Dime qué piensas hacer con ellos y dónde pretendes abandonarlos.

Te aseguro que aun no entiendo cómo aquel día pudiste verme y mirar para otro lado.

1 comentario: