domingo, 28 de febrero de 2016

No dejes para mañana lo que te puedas perdonar hoy.

Vengo a pedirme perdón porque me merezco una disculpa
y quiero soltar ya la pistola que reposa sobre mi nuca.

Vengo a pedirme perdón,
a barrer todos los trozos de espejo
y a recoger los restos del desprecio que me caracterizó durante mucho tiempo.

Vengo a pedirme perdón por todas las veces que me he insultado

que me he esposado las manos, 
que me he burlado de mis lamentos
y que me he tirado del pelo hasta verme arrastrada por los suelos.

Voy a pedirme perdón porque aún no me quiero, pero quiero,
y a dejarme claro que no me voy, que yo me quedo.

Vengo a pedirme perdón y a admitir mi culpa;
a esconderme la fusta, a besarme el corazón
y a susurrarme que aún tenemos cura.

Vengo a pedirme perdón porque me lo merezco,
porque aunque ellos no me quisieron,

fui yo la que me incitó a sumergirme en un agujero negro de odio, asco y miedo;
y quiero salir de esto.

Por eso voy a decirme que lo siento
y que me arrepiento de mi comportamiento.

Vengo a pedirme perdón y esta vez voy a concedérmelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario