Si hace falta miénteme,
pero
dime que me voy a curar;
que la
próxima vez que te vea no te voy a querer besar.
Dime
que tú sabes que, en algún momento,
voy a
dejar de temblar cuando entre por la puerta y sepa que estás;
que nos
vamos a cruzar
y no me
entrarán las ganas tontas de llorar.
Si hace
falta invéntate una historia en la que lo hago todo mal,
en la
que soy yo la que se inventa una estúpida fecha de caducidad.
Pon
palabras en mi boca que yo nunca podría haberte dicho y haz que me las crea,
haz que me autodestruya después de verme reflejada en ellas.
Hazme
creer que soy un mal bicho
y que
te has ido porque yo te lo he pedido.
Miénteme
si hace falta.
Miénteme porque me haces falta.
Miénteme porque me haces falta.
Dime
que allí donde te solía besar
es
ahora patrimonio de la deshumanidad
de
algún conquistador que sí te enorgullece presentar a los demás
y que
has cambiado nuestro ejército privado de besos
por un
soldado apuesto que no te hace feliz,
pero te
permite no huir,
no
tener que afrontar lo que puedan decir
y a ti
te compensa vivir así.
Dime
que lo que antes eran nuestras trincheras
ahora
son los límites que determinan tus fronteras.
Puedes
aferrarte a la última actualización de tu derecho de admisión
e
insistirme en que estoy fuera de tu nuevo proyecto de reestructuración,
pero yo me acojo a mi derecho de dimisión
y, aunque a veces lo intento, nunca me voy.
Yo no
tengo miedo
de ponerme a tiro de tu francotirador,
dile
que dispare si tiene valor;
que dispare si ya no te queda amor.
que dispare si ya no te queda amor.
Dame tu
peor versión de los hechos
y
convénceme de que lo mejor que pudo habernos pasado fue habernos deshecho.
Dame
una lección de principios que disfrutamos eligiendo
y de
finales que me obligaste a sufrir aún no queriendo.
Repasa
nuestro camino y subraya en rotulador fosforito las veces que te aparté del
mío;
verás
que una página en blanco es el mejor testigo de todo lo que ya no te digo.
Que yo
lo intento, pero mentirme no es lo mío.
Que yo te intento, pero entenderte tampoco es lo mío.
Que yo te intento, pero entenderte tampoco es lo mío.
Así que
miénteme si hace falta
y dime
que tus guerreros me han declarado tu principal enemigo
y que
han amenazado con abrir fuego si no me retiro.
A ver
cómo les explico que morir ardiendo es mejor que vivir con frío.
A ver
cómo les explicas a mis civiles que tu puerto no va a volver a recibirles
y que
nos has proclamado herejes desterrándonos a los confines.
Si hace
falta miénteles, pero diles que se van a curar,
que
esta guerra la van a ganar
y que te van a dejar de querer
y se van a empezar a
amar.
Miénteles
tú porque yo me niego a volver a mentirles,
miénteles
tú porque yo no vuelvo a negar que me mentiste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario