viernes, 5 de octubre de 2012

Feliz cumpleaños.

Si, a ti, mi niña, muchísimas felicidades. Sé que no eres convencional, y que no dedicarás gran parte del día, tal vez nada de tiempo, a responder felicitaciones de cumpleaños, y yo juego con ventaja. No recibiré respuesta, puesto que tú no vas a leer esto. Y como siempre digo, me alegro. Yo te envío todas mis fuerzas y mis buenos deseos, y ellos llegan a ti en silencio, sin interrumpir tu vida, sin provocar incomodidad en ti, sin producir cambios. 

¿Sabes? Hace unas semanas perdí algo que era muy importante para mi, algo que era tuyo y mio, algo en lo que tu voz sonaba a cada segundo. Lo siento, si volviese atrás no me desharía de ello, fui un poco ingenua, y cada vez tengo menos de ti, perdóname, por favor. Otras personas lo verían tan sólo como un pedacito de metal y tecnología que tan sólo sirve para añadir canciones, pero en cambio... para mi era algo más que un millón de recuerdos.

Enfádate conmigo, he vuelto a hacerlo, es tu día y yo vuelvo a hablar de mi, que egocéntrica, ¿verdad? Discúlpame por eso también, pero es que no te imaginas cuanto odio esta distancia definitiva que se ha creado entre las dos. A veces te sueño y no me creo que al despertar volvamos a ser dos extrañas que tanto tiempo se quisieron como auténticas almas gemelas totalmente opuestas. No me hago a la idea de que te hayas ido para siempre, no me entra en la cabeza.

Aún así, y pese a todo, tú siempre serás las canciones que suenan más alto en mis oídos, siempre. Y te voy a querer siempre por lo que has sido, y por lo que hoy en día sigues significando para mí. 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario