viernes, 12 de octubre de 2012

Carta a una mami un poco cabezota.

De pequeños nos preguntan que qué queremos ser de mayores y contestamos cosas como cantante, bailarina, veterinaria... A medida que vamos creciendo continúa esa misma pregunta y, a veces, mantenemos nuestras ideas, pero otras veces las respuestas son totalmente opuestas a nuestras primeras opciones.

Con respecto a mi sé que las cosas no han salido como lo esperaba, sin duda alguna han sido tantos días, tantas horas… tantos momentos que me he parado a pensar cuál sería la mejor opción. Es posible que me equivoque en mi elección, pero mi decisión está tomada. Es probable que te decepcione, mamá, es muy probable, pero no puedo evitar elegir esto. 

No puedo más, no lo soporto. Erré al elegir un camino que no era apto para mí, lo siento, fue culpa mía y lo admito. Pero ahora me he dado cuenta de que esto no está hecho a mi medida, no está hecho para mí. No me queda grande, ni pequeño, sencillamente pienso que no nos sincronizamos, no nos ponemos de acuerdo y eso me reconcome los sesos. No nos amoldamos, no me adapto y me cuesta no llorar cuando pienso en ello, en cómo me siento y en cómo te estoy decepcionando, mamá. Sé que lo estoy haciendo, sé que te estoy haciendo daño, te estoy defraudando y esto no me gusta, pero yo sería un fraude si fingiese estar agusto en un mundo que no es el mío. Hay demasiadas situaciones incómodas, demasiadas obligaciones y demasiadas palabras que debes decir por cumplir, cómo para ser una más. No quiero formar parte de algo que no me pertenece y a lo que no pertenezco, algún día no tendrán que preguntarme lo que quiero porque sencillamente lo sabré y no tendré que adivinarlo.  

Cada uno de nosotros es una pieza que debe encajar en su correspondiente puzzle, y yo… yo he estado tan perdida que me he equivocado de lugar, pero de los errores se aprende. A veces nos hace falta caer para saber cómo debemos levantarnos, a veces nos hace falta escuchar una palabra de más para aprender a valorar un silencio. Por eso espero que valores mis palabras y mi sinceridad. Espero que valores mi valor al decirte esto, sobretodo porque te conozco y sé que la primera palabra que saldrá de tu boca será un grito. Por favor, relájate, párate a pensar, ponte en mi lugar y recapacita. No es el fin del mundo, sólo te pido una oportunidad para volver a mi camino, una nueva oportunidad para saber a que puzzle pertenece mi pieza, para encontrar mi lugar, para poder ser feliz. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario