viernes, 21 de octubre de 2016

Oda al Fotolog, al Tuenti y a la nostalgia teenager.

Nunca más voy a volver a tener quince años.

No voy a volver a llenar mi archivador de fotos,
ni a mandarle cartas de amor adolescente
al chico de la clase de en frente.

No voy a volver a hablar con mis amigas de a qué universidad iremos
cuando se acabe el instituto y nos separaremos.

(en ocasiones las echo de menos)

No habrá más viajes con mis compañeros de clase,
ni habrá más discusiones por ver quien se pone la falda vaquera
o la de picos negra para ir la fiesta de navidad del Oasis.

No beberé más chupitos de colores con Andrea en el Glam,
ni volveré a emborracharme en el Gavanna a base de explosivos con Clara.

No volveremos a mirarnos las sonrisas blancas en los espejos del Astur,
ni a echar un duro con un caldero pegajoso lleno calimocho en el Blues.

Es posible que vuelva a meter a Nicole en un taxi
- o quizás me meta ella –

pero ya no volverán los sábados de botellón en el cerro,
ni aquellas tardes/noches de Domingo llenas de perreo.

Ya nunca más voy a tener quince años.

El instituto se ha acabado 
y aún recuerdo a Paula tocando 'Mad World' al piano;
pero también eso pertenece al pasado.

Que bonitos fueron aquellos años... 
y qué rápido han pasado.

Se acabaron los collages de fotos con Cristina,
Oviedo ya no será lo mismo sin Janaína;

y ahora que mi bella vive en el cielo
os aseguro que mi vida no volverá a ser la misma.

Ya no habrá más tardes típicas con Laura merendando tortitas,
ni más cenas de viernes en el turco con Vero, Sani y compañía.

Andrea, David e Illán no volverán cada lunes a verme a la salida de clase;
no grabaré mas vídeos absurdos con Eli, ni me volverán a apretar los brackets.

Ya nunca volveré a tener quince años;

ya nunca tendré menos de veinticuatro,
pero los he tenido, los he vivido y los he disfrutado.

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