viernes, 20 de noviembre de 2015

La intención no siempre es lo que cuenta.

Quizás tu intención era la de quererme, aunque no lo conseguiste.
Quizás creías que iba a ser más fácil y por eso te rendiste.

Quizás intentaste que no te importase el mundo, ni la gente, pero no supiste. 
Quizás imaginaste que sería perfecto y, al descubrir alguno de mis defectos, huiste. 

Quizás tu intención no fue la de darme esperanzas, pero me las diste. 
Y aquí las tengo negándose a rendirse. 

Quizás tu intención no era la de romperme, aunque lo hiciste. 
Quizás pensabas que yo era más fuerte, y te equivocaste. 

Quizás sentías que te mentía, que no te quería, que fingía.
-y eso es algo que jamás haría.-

Quizás tuviste miedo y retrocediste. 

Quizás lo intentaste con todas tus fuerzas y flaquearon tus ganas. 
Quizás enmudeció tu corazón cuando trataste de buscarle la razón.

Pero quizás no. 

Quizás no quisiste quererme, ni me quisiste, ni te preocupaste por mí. 
Quizás todo aquello te dio igual y esto no te importó nada. 

Quizás, quizás, casi siempre quizás. 

Porque de lo único que estoy completamente segura es que mi intención no era la de enamorarme de ti, 
pero la intención no siempre es lo que cuenta y tú eres mi excepción que confirma la regla.
 

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