domingo, 25 de enero de 2015

Tengo un intruso en el corazón y no eres tú.


Tengo el corazón llenándose del vacío que dejaste cuando te fuiste.
En algún lado tenía que guardarlo.

El vacío que me está llenando el corazón no tiene ni puta idea 
de lo que estoy sintiendo desde que no te siento. 

Es la tercera vez 
en lo que va de día 
que le digo a mi izquierdo 

que no llore, 
que somos fuertes, 
que aún nos tenemos 
y que resistiremos a esto.

Me ha pedido que te llame, pero no voy a hacerlo.
Me ha pedido que te busque, pero no voy a perderme de nuevo.

No voy a llamarte, ni voy a buscarte,
pero te prometo que me encantaría hacerlo.

Has conseguido que me quiera, aunque sea un poco;
y que recuerde lo que es el amor propio.

Y que sin el amor propio no existe el amor al otro. 
Y yo te quiero. 

De otra forma no podría hacerlo 
y, sin embargo, has conseguido que no pueda evitarlo.

Me quiero por ti,  
desde que tú.

Porque creí; 
porque te creí cuando me dijiste 
que yo era lo mejor que te había pasado.

Me quiero porque tú, 
porque me equivoqué pensando que tú no me harías nada malo.
 
Me quiero aunque tú,
aunque me equivoqué pensando que tú no eras como el resto.

Y por eso estaba dispuesta a querernos.

Pero me equivoqué.

Y ahora que sé que no me quieres 
y que nunca me has querido, 
sólo puedo reclamarte el haberme mentido.

Pero no lo voy a hacer.

Porque a diferencia de ti,
yo no mentía cuando te decía
que me sentía dentro de un sueño
cuando estaba contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario