Estás a una sonrisa de que te bese.
A un beso de que no pueda dejar de pensar en tenerte.
Estás a medio camino entre quererte
y el paso siguiente.
A escasos centímetros de que retroceder
se convierta en un verbo transitivo
en transición de extinguirse
entre tu vientre y sus vértices.
Estás intermitente
y permanentemente presente.
Eres, aunque no conmigo.
Soy, lo que no eres conmigo,
y dejo de ser sin ti,
todo lo que tú eres,
sin-migo.
Estás empezando a irte,
y huyendo de la huida,
que planeé contigo,
miras atrás y me dices que
no hay tiempo para contratiempos.
Estás dejando de estar,
dejándome aquí,
sin motivos por los que quedarme
y seguir respirando,
sin ti.
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