miércoles, 11 de julio de 2012

Te echo de menos.

Ah sí, hola, ¿estás aquí?, ¿me recibes?
Te echo de menos.

No lo estás leyendo, ¿verdad?
Creo que nunca has entrado aquí, por consiguiente creo que nada conseguirá que ahora lo hagas, sólo habría una forma de que entrases aquí, una única posibilidad de que me leyeses, pero no, no lo haré. 

Mejor así, ¿no crees?
Yo escribo cuánto te echo de menos y tú no haces un parón en tu vida para leer mis sentimientos. Pienso que a pesar de que mi corazón grite muchas veces tu nombre, hago bien en ponerle en modo silencio, para así actuar pensando en lo que será mejor para ti.

No me considero tóxica, no dramaticemos, ni tergiversemos, la palabra que describe nuestra situación es necesaria, se basa en la supervivencia, en la comunicación, la comodidad, y sobretodo en la necesidad, y yo ya no te hago falta, por lo que no golpearé tu puerta anhelando que me dejes entrar nuevamente en tu vida, tan sólo en algunos sueños lo intento.

Te echo de menos, ¿lo entiendes?
Te echo mucho de menos, llámame loca.
Tú no lees esto y yo te hablo como si me escuchases, como si al pasar de borrador a publicación tú fueses la primera en leer las palabras que, sin duda alguna, van dedicadas a ti. Y no va a ser así. Tú seguirás ocho pisos por encima de mi, sin saber lo que escribo, sin conocer una aproximación de lo que constantemente te necesito.

Han pasado los meses, y seguimos en el mismo punto geográfico en el que nos separan físicamente menos de dos canciones. De tu casa a la mía, de la mía a tus recuerdos, porque los que estaban aquí, te los llevaste. Los físicos, claro, de los otros se encarga mi memoria, aunque ya sabes que es torpe y falla, pero te recuerda. Te recuerdo, te recuerda, y juntas te recordamos, aquí, donde escribo, allí, donde cocino, como y veo la televisión, pero sin ti.

Te echo de menos.
Y te lo repito.

Te echo de menos.
Aunque no me leas, aunque no necesites leerlo, aunque no lo entiendas, pero en el fondo, si te paras a pensar en mi, lo sepas.

Te echo de menos.
y es que... te echo de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario