martes, 24 de julio de 2012

Contigo (sin ti) a dos calles de mi casa.

- Perdona, ¿nos conocemos? - le preguntó a sus ojos cuando de casualidad se cruzaron.

Lo extraño es que si se conocían, pero esto no era un reencuentro, sino una segunda oportunidad de conocerse, y eso no le gustaba tanto. Había empleado varios años de su vida en conocer a fondo a la desconocida que ahora mismo tenía frente a ella, y lejos de parecerle interesante, la idea de empezar de nuevo le parecía inútil, y en su cabeza se proclamó una negativa colectiva de todos los recuerdos que componían su memoria. Ella se reflejaba en aquellos ojos que tiempo atrás le contaban todos sus miedos y secretos sin necesidad de pronunciar una sola palabra.

- Cuánto tiempo, ¿no? - Se atrevió a pronunciar la desconocida al atisbar que ella no era capaz de decir nada. - Estás muy guapa - continuó diciendo. - Parece que hayan pasado años, estás diferente, ¿qué tal te trata la vida? Hace tiempo que no hablamos - concluyó. 

Ella permaneció callada, observándola, incapaz de contestarle para decirle que no era ella la que había cambiado, que tan solo había intentando retomar su vida con normalidad, pero sin su presencia, y que, en realidad, lo único en lo que pensaba en esos instantes era en abrazarla para que sintiese cuanto la había echado de menos. 

Pero no lo hizo, no le respondió, bajó la mirada, se dio medio vuelta y echó a andar. La desconocida gritó su nombre, pero ella no se giró. Se dio cuenta de que las cosas realmente habían cambiado, si continuase siendo la misma persona que ella conoció no la llamaría por su nombre, únicamente estando enfadada podría escaparsele, pero ellas tenían su forma de llamarse, de identificarse y de diferenciarse del resto, pero no, había escuchado bien, la había llamado por su nombre. 

- ¿En quién se ha convertido? - susurró para el cuello de su camisa. - ¿Dónde está mi amiga?- se preguntaba una y otra vez. - Tal vez nunca fue lo que yo conocí, quizás la obligué a ser quién no era... Tal vez ahora sea más feliz, quizás sea mejor así... - se repetía a si misma mientras se alejaba más y más de quién, durante mucho tiempo, había sido la parte que la complementaba.

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