He
vuelto a hacerlo.
Me he
deshecho
y no sé
con qué parte de mi cuerpo
voy a
empezar a intentar quererme de nuevo.
Quizás
lo haga con la mano abierta
para
cerrarme la boca de una puta vez.
Ayer
lloré y lo volvería a hacer.
Lloraría
hasta que en los surcos de mi cara pudiesen habitar sirenas
y puede
que les pidiera que me cantasen aquella canción que le recordaba a mí.
Tiene
que estar de puta madre saber cerrar los ojos, girar la cara y darte media
vuelta delante de alguien que se sacaría los ojos, se rompería la espalda y
daría la vuelta al mundo con tal de que a ti no te pasase nada.
Estaría
de puta madre, pero ahora dudo hasta de que sea un buen hijo.
Que
alguien me explique por qué lo llaman disparo a quemarropa
si yo
veía el hielo en sus manos y la sonrisa inundándole la boca.
Metí
las manos en la herida para saber si aún seguía viva.
Mastiqué
la pólvora y me miré las manos;
Allí
sólo había sangre.
Pero su
corazón era negro azabache.
¿Por
qué vas a tener tú la culpa de todo lo que nos pase?
Yo sé
que le has cogido el gusto a eso de autolesionarte,
que es mejor la hostia conocida que la
que puedas evitar conocer.
Pero
escúchame y deja de abofetearte
o no
habrá quien te aguante.
Y no
porque no lo merezcas,
sino
porque les haces ver que no vales.
Límpiate
esas rodillas
y no
vuelvas a besar el suelo por nadie.
Yo te
beso en la frente,
pero
hazte el perdón y pídete todo el amor que necesites
y que
sabes que sabes darte aunque nunca te lo permites.
¿Un tío
te llama fea y tú te pones a llorar?
A veces
eres muy imbécil,
pero
otras lo disimulas genial.
- Eres muy buena chica, pero...
Pero no
tiene ni la menor idea.
Los
cristales que pisaste no eran de una botella,
pero te
prometo que saldremos de esta sin que vuelvas a abrazarte a ninguna de ellas.
Tal
vez seas una buena chica.
Tal vez
no.
Pero él
es un cabrón.
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