Y ser fue entonces sólo un verbo copulativo,
y nosotras fuimos,
sin ser,
y sin conjunción de por medio.
(que nos uniese)
Y fuimos siendo nada,
y fuimos no siendo,
hasta que fuiste sin mi
lo que un día quise ser,
contigo.
Y,
de pronto,
tu nombre se volvió,
mi fin del mundo personificado,
mi agujero negro,
y mi talón de Aquiles.
Y lloré tu ausencia,
como se lloran las pérdidas irreparables,
sin corazón,
y con la sonrisa rota.
Me encanta la rapidez de este poema, y lo mucho que dices en tan poco.
ResponderEliminarY tan fácil.
Y tan bonito.
Y todas tus 'y'
:)
Ais.
EliminarA mi me encanta haberte transmitido algo en tan poco.
Muchísimas gracias por leerme.